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Tenemos que hablar de endometriosis

Tenemos que hablar de endometriosis

 Por: Lydia Alarcón

Marzo es el mes de la concientización sobre la endometriosis, una enfermedad que muchas mujeres padecen sin darse cuenta por ser difícil de detectar.

A pesar de que la endometriosis es una enfermedad común - 1 de cada 10 mujeres la padecen- aún no existe una cura ni se sabe bien a ciencia cierta qué la ocasiona.

¿Notas que tu estómago pareciera estar siempre inflamado y el tamaño de tu vientre no disminuye? ¿Tienes un dolor constante en esta zona que empeora con la llegada de tu periodo menstrual, e incluso te deja en cama? ¿La zona del dolor se extiende más allá de tu vientre hacia tu estómago? Podría tratarse de una endometriosis.

La endometriosis es una enfermedad en donde un tejido similar al endometrio (este tejido que cubre al útero y que desechamos durante la menstruación) invade órganos fuera del útero, incluso fuera de la cavidad abdominal. Los lugares más comunes donde suele desarrollarse son las trompas de Falopio, alrededor del útero y en los ovarios.

Un dato importante a mencionar es que la endometriosis no es precisamente fácil de detectar mediante ultrasonidos pélvicos, por lo que es probable que una sola visita con tu ginecóloga no sea suficiente. Muchas veces la endometriosis es diagnosticada de manera errónea por su semejanza con otras enfermedades como la enfermedad inflamatoria pélvica, el síndrome de intestino irritable o los quistes ováricos. Hace falta hacer varios estudios y análisis para llegar a diagnosticarla correctamente.

Aunque si sospechas que padeces esta enfermedad lo mejor es acudir a un especialista de la salud, te compartimos algunas de sus manifestaciones más comunes:

  1. Periodos menstruales dolorosos
  2. Sangrado entre periodos
  3. Dolor durante el sexo
  4. Dolor al defecar u orinar
  5. Sangrado menstrual abundante
  6. Esterilidad
  7. Síntomas relacionados a los días previos a la menstruación como fatiga, diarrea, estreñimiento, hinchazón o náuseas que se manifiestan más allá de lo ordinario en la sintomatología promedio.

El origen de la endometriosis

Te tenemos una noticia: algunos estudios clínicos demuestran que la endometriosis es una enfermedad no causada por el estilo de vida, sino más bien existen factores genéticos que te pueden predisponer a padecerla, así que tu mamá o alguna de tus abuelas fueron diagnosticadas,  y además presentas algunos de los síntomas antes mencionados, es muy probable que tú también seas propensa a padecerla. Otra teoría está ligada a la exposición a dioxinas de un feto dentro del útero materno, es decir, podrías adquirirla mucho antes de nacer.

Además se le relaciona más con las enfermedades autoinmunes, más que con los trastornos hormonales al compartir características con enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide: el sistema inmunológico produce una inflamación en las lesiones de la endometriosis, lo que promueve su crecimiento.

La endometriosis y el estómago

Los problemas digestivos y la endometriosis muchas veces van de la mano. De hecho, un 90% de las mujeres que padecen endometriosis también padecen molestias intestinales. Entonces la endometriosis y los padecimientos relacionados al sistema digestivo entran en un círculo vicioso, ya que los problemas digestivos afectan el sistema inmune y como lo hemos mencionado, la endometriosis es una disfunción inmune.

Cirugía y tratamientos

Normalmente, para hacer frente a una endometriosis se recurre a cirugía, sin embargo, un procedimiento quirúrgico no pone fin al problema, pero podría ayudar a aliviar el dolor y tratar la infertilidad. Probablemente, una mujer con endometriosis tenga que recurrir a varias cirugías cada cierto periodo de tiempo, ya que el tejido tenderá a desarrollarse nuevamente. Para evitar las cirugías recurrentes, se suele acudir a supresores hormonales con la finalidad de prevenir el desarrollo de nuevo tejido. También se ha comenzado a explorar el uso de tratamientos no hormonales como inhibidores de angiogénesis (proceso de formación de vasos sanguíneos), antiinflamatorios (que, como su nombre lo describe, ayudan a que no se desarrolle inflamación) e inmunomoduladores (sustancias capaces de aumentar o disminuir la respuesta inmune). Asimismo, existen investigaciones enfocadas en la efectividad del uso de suplementos como el zinc, el selenio o el resveratrol y tratamientos herbolarios como la cúrcuma y la berberina.

Para concluir con este artículo, es importante nuevamente destacar que la endometriosis es una enfermedad silenciosa, para detectarla muchas veces es necesaria una laparoscopia (la introducción de un tubo con una cámara para mirar los órganos por dentro). Un chequeo periódico podría ser la diferencia entre diagnosticarla y hacerle frente o vivir con una sintomatología que puede derivar en problemas mayores.