Día mundial de la Salud Menstrual: 10 momentos en los que tuviste que esconder tu menstruación.
¿Sabías que se ha elegido el día 28 para visibilizar la salud menstrual porque los ciclos menstruales tienen una duración media de 28 días? También se ha seleccionado el mes de mayo ya que las mujeres, en promedio, menstrúan cinco días al mes, por lo que se decidió otorgar el quinto mes del año como protagonista de este tema tan importante.
Pues sí, este 28 de mayo se reconoce como el día mundial de la salud menstrual. Pero, ¿por qué se necesita un día para hablar de esta temática? La respuesta es muy sencilla, justamente para HABLAR de la salud o en este caso, la falta de salud que rodea a las mujeres.
Sabemos que la menstruación es un proceso biológico y natural. Sin embargo, hasta la fecha 60% de las mujeres no hablan abiertamente de su periodo con sus parejas, el 22% de las mujeres ha sentido la necesidad de disculparse por el aspecto o el olor de su vulva y el 16% de las mujeres piensan que no deben quejarse sobre el dolor durante su menstruación, creencia que puede deberse al hecho de que el 50% de mujeres y hombres consideran que el dolor del periodo es algo que simplemente se debe soportar.
A estos porcentajes alarmantes, también le acompañan la falta de condiciones en espacios públicos para tratar con la menstruación de manera digna, y esto porque desde siempre hemos vivido en una sociedad patriarcal que no se adapta ni reconoce a las mujeres que menstrúan; creando así grandes brechas de desigualdad, desinformación y sobre todo momentos en donde muchas hemos tenido que ocultar algo tan normal y natural como lo es nuestro periodo.
Es por ello, que para conmemorar el día de la salud menstrual hemos recopilado 10 momentos en los que tuvimos que esconder nuestra menstruación:
- Cuando vas al súper o a la tienda y te dan doble bolsa si compras productos de gestión menstrual. Parece mentira, pero es cierto que en varias ocasiones te llegan a ofrecer hasta otra bolsa para llevar tus productos asumiendo que da vergüenza llevarlas a simple vista.
- Al ir a un baño público tener que esconder tu toalla para que no se den cuenta a que vas. ¿Cuántas no hemos “ocultado” nuestras toallas en entre el pantalón o falta para que nadie se entere a qué vamos? Como si el simple hecho de estar en tu ciclo menstrual sea un tema del que nadie debe enterarse por el que estas pasando.
- Tener miedo constante a “mancharte” de sangre en cualquier situación. El clásico “voy a caminar y avísame si me manché” va acompañado de una angustia por si acaso la respuesta es positiva (cabe acotar que la mayoría del tiempo es la ansiedad atacando) Y es que ¡no pasa nada si eso sucede!
- En la escuela, cuando se empieza a hablar de educación sexual separan a los niños y las niñas con el fin de que los niños no se enteren que las niñas menstrúan.
- Se le llama a la menstruación con apodos. “Alerta rosa”, “la pelirroja”, “La prima roja”, “Caperucita”, Andrés (el que viene por una vez al mes), estos y otros son apodos que nos inventamos para crear un código que le indique a otras personas que estamos “en nuestros días” sin tener que decirlo por su nombre. ¿Es qué acaso nos pasará algo por decir: Estoy menstruando?
- Es un súper tabú que no puedes tener relaciones cuando menstrúas. ¡Lo que es totalmente falso! y lo más triste de todo es que esta creencia va ligada al asco que nos han inculcado por nuestro período y nuestros cuerpos.
- Antes, en los comerciales se ocupaba “sangre azul” para cualquier escena con referencia a la menstruación.
- Te educan pensando que pedir una toalla es vergonzoso. Para muchas era un tormento tener que ir por una toalla porque debíamos pedirla bajito, sin que las personas escucharan porque nadie tenía que enterarse que estabas en tu período, como si la menstruación fuera algo anormal.
- Hay muchos baños públicos y escuelas que no tienen agua, papel y mucho menos productos de gestión menstrual. La poca atención que se le ha dado a la higiene menstrual ha llegado a afectar la vida diaria de muchas mujeres, esta falta de recursos básicos es una problemática que tiene un impacto negativo en cómo se vive la menstruación en sociedad.
- Se exige tener un máximo rendimiento en la escuela, chamba y mundo como si no te estuviera pasando nada, y la realidad es que muchas aguantamos cólicos, mareos, nauseas y más por esta falsa idea de que estos dolores deben ser soportables y sin quejas.
¿Te sentiste identificada, cierto? éstas y otras diversas situaciones por las que hemos pasado, nos ha impactado negativamente en la sociedad pues la menstruación se ha dotado de muchas connotaciones negativas que están mal infundadas y son totalmente falsas. Debido a esto, hemos tomado conciencia y se han realizado muchas acciones para ir rompiendo con los estigmas, mitos y mala educación que rodea la menstruación.
Actualmente, uno de los avances que más ha llamado la atención este año, ha sido la presentación de una iniciativa para las mujeres con el fin de que puedan ausentarse del trabajo hasta por 8 horas debido a dolores causados por su periodo. Verónica Delgadillo, legisladora de Movimiento Ciudadano, presentó esta reforma de tres artículos a la Ley Federal del Trabajo donde explica que:
“Las trabajadoras […] gozarán de un descanso de ocho horas al mes ante la imposibilidad de llevar a cabo su jornada laboral debido a su periodo menstrual, este descanso no afectará salario, antigüedad, pago de primas, vacaciones, bonos, incentivos y otro derecho laboral adquirido”.
Esta propuesta señala como obligación otorgar un descanso de ocho horas al mes a las mujeres que su periodo les impida llevar a cabo su jornada laboral, y que así mismo, siguiendo con los ideales de una menstruación digna, estas empresas deben proporcionar en los espacios de trabajo productos de higiene menstrual.
Es por todos estos puntos expuestos, que un día como hoy es sumamente justo y necesario. Las mujeres debemos poder sentirnos con la seguridad, confianza y sobre todo libertad de vivir nuestro ciclo sin ser repudiadas, excluidas, sin sentir miedo ni vergüenza y sin ser tratadas de manera inferior o estar expuestas a más vulnerabilidades por algo tan propio y natural como lo es la menstruación. Al mismo tiempo, debemos tener las oportunidades de costear los suministros menstruales necesarios para nuestra salud e higiene de manera responsable y digna.